domingo, 11 de marzo de 2012

Tormenta en Estancia Chica . . .


Hace años viví una experiencia que podríamos llamar sobrenatural, escuchen esto o más bien lean. . .
A principios de ese año, que no recuerdo si era 2004, había muerto mi Tía Abuela Chochó (Ofelia Ethel).
Chochó, como decía, hermana de mi abuela y soltera ella, en toda su vida habia confiado mucho en mi viejo para que le maneje sus autos o la lleve; como me quería mucho y mi padre me había hecho piloto desde muy chico, al crecer yo empecé a ocupar ese lugar de confianza, razón x la cual los últimos años viajamos mucho.
Ella se había mudado a Esquel años atrás para estar cerca de la familia, pero conservaba aún su antigua casa en El Bolsón, intacta, como si aún viviera ahí. Razón x la cual íbamos dos o tres veces x verano a pasar el día y mirar que todo esté bien.
Cada vez que salíamos de viaje y pasábamos x el cementerio, que como en todo pueblo del interior está a la entrada,ella se persignaba o "santiguaba," como dicen los paisanos y se encomendaba a mi abuelo Eduardo y mi tío Guillermo; (si, me llamo Eduardo x mi abuelo, pero tranquilos acólitos de Freud !!! que a ninguna de mis personalidades les afecto este hecho).
En todos estos viajes siempre fuimos y volvimos sin pinchar siquiera una goma, cosa que en las autopistas patagónicas es x demás raro, por eso cuando volvíamos y pasábamos por el cementerio, ella invariablemente agradecía la protección y daba por terminado el conjuro.
Por esa época yo daba una mano durante las vacaciones y trabajaba en el campo de mi abuelo, y la cosa es que ese febrero teníamos que bañar la hacienda xq estaban mal los alambres y habían aparecido algunos animales con picaduras. Después de una semana de juntar y horquillar ovejitas, el trabajo estuvo listo y llego el momento de contar los animales y volverse para el pueblo.
En ese trabajo, aparte de los por entonces 3 empleados de Estancia Chica y los 2 "por días," estábamos mi Tía Claudia y quien les cuenta.
Entre pitos y flautas ya eran las cinco de la tarde, entonces yo, atento y caballeroso como siempre, digo: "Tía xq no vas yendo, vos tenés un viaje largo hasta Jacobacci y tiene pinta que va a tormentear."
He aquí dos grandes verdades:
1) Jacobacci es lejos, no importa donde estés, Jacobacci es lejos.
2) La mierda si iba tormentear . . .
Contamos los carneros y la cuenta dio 35 ó 53, x esas cosas de la cabeza no me acuerdo bien el orden del 3 y el 5, lo cual en todo caso será anecdótico y carente de valor para la totalidad del relato.
Con la satisfacción de la tarea realizada, el aliciente de que era viernes y hacía una semana que no veía más espuma que la de un té con leche, salgo para Esquel.
Serian como las 7, cargo los bartulos, reviso mi chivita y rumbeo para la huella.
Paso la tranquera y luego de trajinar con el candado y la siempre corta cadena, miro para atrás como de costumbre, me subo en la 76 y salgo echando puta y con las orejas pa´ atrás como liebre en el pueblo! ! !
Hasta acá, todo tranquilo.
De pronto una gota del tamaño de Piedra Parada estalla contra el parabrisas, al rato el diluvio era tal que casi subo una pareja de piches para preservar la especie. . .
Habré echo unos 15 km cuando de aburrido, medio por hacerme el ateo militante y medio xq el cielo ya era una de rayos, luces y agua que ni te cuento, se me dio x "encomendarme," eso si, sin señal de la cruz x.
A esta altura del relato usted dirá que me encomendé al ya comprobado y garantizado servicio de protección espectral de Eduardo Nasif e Hijo. S.R.L., pero se equivoca, no encontré otro santo a mano que mi querida Tía Ofelia Ethel, la Chochó !!! he ahí lo original de mi relato . . .
Habré hecho 200 metros como mucho cuando adelante mío, la tentación se presenta con la forma de una hermosa S, con una curva a la derecha y otra a la izquierda, fiel a las enseñanzas y mandatos paternos, la "corto" como si fuera la S del ciervo en el Gálvez.
El resultado??? charco del lado de adentro, mucha agua al motor y el distribuidor mojado, la chata tosió una vez, dos veces y quedo muda. Se habia roto el principio fundante de la mecanica automotriz "NAFTA VA, CORRIENTE VIENE."
Conocedor de mi elemento, levanto el capot y lo seco, para cuando logro continuar revienta a 50 mts. mío un alud de tierra y barro llevándose los siguientes 10 km de ruta y todo lo que estaba sobre ella, mientras doy la vuelta, revienta el camino detrás del mismo modo. Conclusión??? La 76 quedo en una especie de triangulo de las bermudas a la inversa donde nada me podía pasar, intente avanzar en las dos direcciones y el agua me arrastraba con camioneta y todo, de pronto y como para que me quede claro el mensaje la chata se encaja pasando por arriba de un calafate que enreda su raíz en el diferencial, me tenía que quedar ahí, ahora estaba claro. . .
Y ahí me quede, saque mi bolsa-cama (equivalente patagónico de bolsa de dormir) y a la luz de las estrellas cene una lata de paté de foie con criollitas, xq aunque parezca mentira llovió una hora reloj y después el cielo se lleno de estrellas y una gigantesca luna que me mostraban el desastre que me rodeaba.
El resto fue esperar que aclare, volver al casco caminando, buscar ayuda, desencajar la 76 y volver por otro camino.
Así que hoy después de varios años, mientras espero noticias de mi viejo perdido por las mesetas patagónicas cuando fue a buscar a su hermano atrapado x la misma tormenta, me sigo preguntando si la saque barata gracias a la intervención de mi tía chochó, a un charco, o a una tapa de distribuidor gastada y vieja, ahora que escribo y releo, creo que fue un poco de todo eso, y mas . . .

Espero que les guste, pero sepan que no lo hice para ustedes, lo hice por mí, ya q aunque estoy tranquilo porque es mi viejo quien está ahí afuera, estoy desesperado xq es él . . .

Hasta la proxima gente ! ! !